Se analizan tres ejemplos paradigmáticos de la vivienda colectiva de los años treinta, un momento histórico donde las nuevas vanguardias de entreguerras se consolidan. Los tres casos, a pesar de representar algunos valores de contextos distintos, muestran temas comunes y el interés por el intercambio cultural en un época de profundos cambios politicos y sociales en el marco europeo.
EDIFICIO NARKOMFIN, MOSCÚ, 1928-29. MOISÉI GINZBURG
La Revolución de Octubre no era ajena a una nueva forma de vivienda asociada al ideario socialista. La colectivización del espacio doméstico y de la vida privada familiar se entendió como origen de un profundo cambio social, convirtiéndose el edificio Narkomfin en un intento por dar respuesta a estos temas. El edificio se concibió como un bloque lineal de vivienda además de cuatro áreas colectivas: comedor, gimnasio, guarderías y zona servicios. Finalmente solo se llevaron a cabo parte de la zona de servicios en un edificio independiente conectado a la galería del bloque principal, una biblioteca y una cubierta jardín. El bloque lineal recoge los cinco puntos corbusierianos y se organiza mediante corredores exteriores entendidos como zonas de relación. La viviendas, todas ellas organizadas en varias alturas, destacan por la división funcional y la adaptación del ideario higienista moderno.
INMUEBLE CLARTÉ, GINEBRA, 1930-32. LE CROBUSIER
La Clarté (1931-1932) es el primer proyecto de vivienda colectiva construida por Le Corbusier desde la serie que va de los Inmuebles-Villa (1922) a la Unidad de Habitación de Marsella (1945-52). También, con el inmueble Clarté, Le Corbusier no se refiere más al tema de los Inmuebles-Villa sino, por primera vez, a la concepción elaborada en 1929 de células de 14 m2 por habitante: el bloque de habitación no se concibe más como la suma de grandes villas situadas a lo largo de una calle interior, sino que se compone de habitaciones de tamaños diferentes donde las dimensiones corresponden al número de personas que habitan. Le Corbusier y Pierre Jeanneret aportarán igualmente su contribución bajo la forma de la “maison à sec”, concepción de la reivindicación de un programa de industrialización de edificios y que cubre el campo de la prefabricación ligera en contraposición con la obra gruesa.
HIGHPOINT I, LONDRES, 1933-35. BERTHOLD LUBETKIN
Desarrollado por los Lubetkin & Tecton, el edificio se convirtió en uno de los edificios de referencia de la arquitectura moderna dentro del contexto británico. Además del ideario moderno en la concepción del conjunto el edificio hace hincapié en el entorno social como mecanismo en la propia concepción. Como señala el propio Lubetkin:“La contribución mas importante del Highpoint es exigir una actitud cultural y un diferente reconocimiento de las relaciones sociales”. El propio Le Corbusier también reconoció la relevancia de la obra: “por largo tiempo he soñado con ejecutar viviendas en tales condiciones para el bien de la humanidad, los edificios en Highgate son una consecución de primer orden, un hito útil para todos”.